[Todos] SUPONETE

Ezequiel Arneodo zeke en df.uba.ar
Jue Jun 26 19:45:56 ART 2008


'SUPONETE'

Un día como hoy pero de 1980, suponete, que yo heredé una fábrica de

consoladores. Durante 20 años la pude mantener de pedo. Hacía

consoladores para la Argentina porque mis costos eran muy altos y mi

fábrica no era competitiva para exportarlos. Los consoladores

taiwaneses y los de India eran mucho más baratos. En fin, suponete

que mi problema era que por cada peso que yo ponía, mi fabrica podía

producir solamente 5 ctvs. más. Esto en las mejores épocas. En otras,

suponéte, que directamente perdía plata. Ahora, los taiwaneses, por

cada peso invertido ganaban 40 ctvs., con lo cual, ellos podían bajar

el precio de venta de sus consoladores para competir con los míos y

es así que ellos vendían más consoladores que yo.



Para fines de los ´90 mi fábrica estaba fundida y yo debía mucha

plata al banco.



Ahora, suponéte que un día el gobierno decide devaluar la moneda. En

el gobierno piensan que si se devalúa la moneda se favorece a la

producción porque se achican los costos nacionales en relación al

precio internacional. A mí me re conviene porque puedo empezar a

ganar más plata por cada peso invertido y así puedo competir con los

consoladores taiwaneses. Para devaluar la moneda la sociedad entera

tiene que pagar el costo: luego de una devaluación los sueldos de

toda la gente valen menos que antes, aunque en números sea lo mismo,

pueden comprar muchas menos cosas. Igualmente la sociedad decide

hacer ese esfuerzo porque sirve para reactivar la producción y

generar trabajo para todos.



El gobierno, en su decisión de favorecer a la producción, me

refinancia mi deuda con el banco, me da una tasa de interés muy

barata y yo puedo quedarme con mi fábrica. Además, para mantener el

precio de la moneda devaluada sale a comprar dólares todo el tiempo,

miles de millones de dólares para que los consoladores argentinos

sean competitivos. Encima, como yo para hacer consoladores necesito

goma y la goma es un derivado del petróleo y como el petróleo tiene

precio internacional y está en dólares y cada vez más caro, el

gobierno me rebaja el costo de la goma, subsidiándola. Tanto la plata

para pagar mi deuda con el banco, como la plata para mantener alto el

dólar, como la plata para financiarme la goma, sale de las arcas

nacionales, del Estado. Es así que, entonces, todos los argentinos

ayudan a pagar mis deudas y a financiarme los costos de mi producción.



En fin, ahora yo tengo mi fábrica con una rentabilidad bárbara de 35

por ciento por cada peso que invierto. Encima, se reactivaron todas

las fábricas del país, creció el trabajo y los salarios. Ya van 5

años seguidos en que la situación mejora cada día. Mi actividad está

tan subvencionada que prácticamente no tengo riesgo empresario, es

decir, tengo que hacer fuerza para que me vaya mal.



¿Y entonces qué pasa? Pasa que de golpe en China hay una revolución

sexual. Todas las chinas se revelan, se cansan de que los chinitos no

se pongan las pilas en la catrera y salen como locas a comprar

consoladores de goma. Miles de millones de chinas -desesperadas-

haciendo cola para comprar artefactos que satisfagan sus necesidades.

En China, el gobierno declara la Emergencia Sexual y saca una Ley de

Seguridad Consolante: abre las fronteras, sin impuestos, para todos

los consoladores del mundo que quieran entrar en la China. El precio

internacional de los consoladores se dispara, un consolador sale dos,

tres, hasta cuatro veces lo que salía antes.



A mí me viene al pelo. Suponéte que, de pronto y por una cuestión

ajena, por cada peso invertido puedo sacar hasta dos pesos con

treinta centavos, ¡una rentabilidad del 130 por ciento! De golpe,

hacer consoladores no sólo es una actividad que me permite vivir

bien, ahora me permite hacerme millonario. Y eso que sigo siendo

un 'pequeño productor de consoladores' , que no es lo mismo

que 'productor de pequeños consoladores' . Así y todo estoy
ganando,

suponéte, 40.000 pesos por mes. Chocho.



¿Pero qué pasa? Como hacer consoladores es tan rentable, muchos de

los que hacen fideos, remeras, lapiceras, latas de comida, remedios o

galletitas se vuelcan masivamente a la industria del consolador

porque todos quieren hacer mucha plata, obviamente. Como

consecuencia, en Argentina pasan tres cosas:



1. Todos los consoladores se venden al exterior, dejando a los

consumidores de consoladores argentinos sin el producto o al mismo

precio que se paga afuera (carísimo). Como nuestros sueldos están

devaluados y están devaluados para que se puedan fabricar un montón

de cosas, esta consecuencia es absolutamente injusta ya que hacemos

el sacrificio para que se puedan fabricar consoladores pero nos

quedamos sin la capacidad adquisitiva para poder comprarlos.

2. Como consecuencia de que muchas fábricas se cambian al rubro de

los consoladores de goma, se dejan de fabricar muchas cosas y al

haber menos cantidad de esas cosas, aumentan de precio, con lo cual

nuestros sueldos pierden poder adquisitivo con respecto a todos los

productos.

3. Además, como es tan rentable hacer consoladores, mi fábrica

aumenta de precio. Antes valía 100.000 pesos, ahora vale 500.000

pesos. Entonces yo ahora ya ni siquiera trabajo. Directamente me

conviene alquilar mi fábrica a otro que la trabaje mientras yo me

rasco el higo todo el día. Vienen fondos de inversión, pooles de

sientra y empiezan a alquilar fábricas en todo el país y las dedican

a la producción de consoladores.



El gobierno, entonces, tiene que hacer algo. Porque la gente lo votó

por haber reactivado la economía pero siempre y cuando los sueldos

alcancen para vivir, lo cual es lógico. La gente aceptó pagar el

costo de la deuda de los sectores productivos, pero a cambio de poder

trabajar y comer, como mínimo y, por ahí, en el mejor de los casos,

progresar.



Y lo que hace el gobierno es ponerme retenciones móviles a la

exportación de consoladores, con lo cual, ahora mi rentabilidad

vuelve a ser del 30 por ciento. Cuando aumenta mucho el precio del

consolador, aumentan las retenciones; cuando baja el precio del

consolador, baja la retención. Yo siempre gano lo mismo, o sea,

mucho: 30 por ciento anual, que es seis veces más que lo que gana una

fábrica de consoladores en cualquier lugar del mundo.



Suponéte que, entonces, yo soy un tipo muy irracional y egoísta.

Suponéte que además no tengo memoria, no me acuerdo de lo mal que me

iba antes y me olvido, además, de los esfuerzos que hizo toda la

sociedad para que a mí me vaya bien. De golpe me junto con todos los

productores de consoladores y me pongo a armar un gran quilombo.

Corto las rutas y no permito el paso de ningún otro producto. Genero

desabastecimiento, suben los precios, la gente pierde aún más poder

adquisitivo, etc.



Para justificarme, me dedico junto a mis compañeros fabricantes de

consoladores a diseñar un discurso que me exculpe de mis acciones

antipopulares y desestabilizadoras: 'Consoladores= Patria',
'Paja o

Muerte', 'Todos somos Consoladores' , 'No al Aborto, Sí al

Consolador', 'Con los Consoladores estábamos mejor', 'K
tirame la

goma'.



La oposición y los medios me apoyan, aunque lo hagan solamente porque

están en contra del gobierno y se aprovechan de la situación.

Suponéte que a mí no me importa y me aprovecho también de ese apoyo.



El gobierno no me reprime, es sumamente racional al respecto del

manejo del conflicto, entonces yo me aprovecho de esa situación y

radicalizo mi protesta. Los medios y la clase alta, que siempre

habían condenado los cortes y el uso de la fuerza en la protesta,

ahora lo apoyan, con lo cual todo me sale redondo.



Hasta acá la historia es igual a la del campo. Pero suponéte que en

vez de pasar lo mismo que pasa con el campo, en el conflicto de los

consoladores pase otra cosa. Suponéte que de golpe, el gobierno

dice: 'Bueno, tenés razón. Te voy a sacar las retenciones
móviles.'

Yo me pongo re contento, hago un acto en Rosario y salto de alegría

por haber ganado la batalla junto a todos mis amigos de la Sociedad

Consoladora Argentina, el Pro y la Carrió que apoya cuanto consolador

se le cruza. Gané la batalla.



Al otro día, el gobierno dice: 'Te saqué las retenciones, pero

también se las saqué al petróleo y además dejé de comprar dólares

para mantener el tipo de cambio y, además, ¿sabés qué?, voy a dejar

de financiarte tus deudas con el banco y voy a liberar las paritarias

para que los trabajadores exijan los sueldos que quieran y voy a

dejar de hacer rutas para transportar consoladores y voy a mandar esa

guita para hacer hoteles de alojamiento populares y además voy a

lanzar un montón de medidas para fiscalizar a la producción de

consoladores porque ese sector es el que más evade impuestos en

nuestro país.'



Entonces, aumenta la goma en dólares. Y el costo del trabajo aumenta

a valores europeos. Y encima tengo más presión fiscal y se me va un

33 por ciento de la ganancia que antes no pagaba porque me hacia el

dolobu. Para colmo, se revalúa la moneda porque ya el gobierno no

sale a comprar dólares, con lo cual la diferencia que hacía antes en

el mercado internacional se achica. Ahora no tengo retenciones y,

aunque sigo ganando plata, gano inclusive menos que cuando tenía

retenciones.



Un día se acaba la fiesta sexual en China. Las minitas vuelven todas

al lecho masculino porque los chinitos se pusieron a estudiar tantra

como locos y ahora pueden mantener una erección durante 48 horas

seguidas. El sexo adquiere la calidad de 'Actividad Protegida por la

República Popular China'. Por efecto de la transnacionalizació n de

la cultura oriental, se abren escuelas de tantra en todo el mundo.

Los consoladores pasan de moda. El pene, viejo y peludo nomás, vuelve

a ser el mejor amigo entre las chinitas de todo el mundo. Los hombres

readquieren su seguridad, pues se habían visto reemplazados por

simples pedazos de goma. Al haber volcado sus esfuerzos en hacer la

vida de sus compañeras más placenteras, abandonando el egoísmo sexual

que los caracterizaba, la humanidad entera se encamina hacia una

época más feliz.



Suponéte que en Argentina ahora nos tapan los consoladores. No nos

sirven para nada. Encima perdimos la capacidad de producir cualquier

otra cosa. No nos tecnificamos, no nos modernizamos, no

diversificamos nuestra producción, en fin, se nos pasó el tren.



Ahora mi actividad no tiene ni renta extraordinaria ni el apoyo del

estado. Suponéte que tengo miles de cajas llenas de penes de goma y

que me los tengo que meter en el culo.



Suponete!

(Agencia Paco Urondo)







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