[Todos] Por la situación presupuestaria en exactas

La Mella en Exactas exactas en lamella.com.ar
Mar Sep 2 23:55:24 ART 2008


¿Por qué necesitamos más presupuesto? Es decir, algunos techos y paredes
están algo rotos y hay goteras en un par de aulas y pasillos; más grave es
que de vez en cuando hay alguna materia con demasiados alumnos, nos
quedamos cortos con la cantidad de turnos de laboratorios, y a veces
estamos al borde de sufrir (o los sufrimos) cupos sobre el número de
inscriptos en tal o cual materia. Pero más allá de eso, la facultad, a
duras penas, funciona. La gente sigue viniendo, estudiando y graduándose.
No hay docentes ad honorem (o sea que aunque bastante mal, se le paga a
toda persona que da clases en Exactas); de algún modo insumos para los
laboratorios siempre conseguimos (muchas veces gracias a los bolsillos de
los propios docentes o estudiantes); y aunque no sean muy lindos, nuestros
edificios no se están derrumbando, por lo que mal que mal podemos
estudiar.
¿Significa esto que a pesar de que usamos el 90% de nuestro presupuesto
para pagar sueldos, el 10% restante sirve para cubrir los costes de
insumos, mantenimiento e investigación? Bueno, en realidad no, y esto es
muy grave porque hace que la facultad salga en la búsqueda de
financiamiento externo (privado) generando lo que se llama “recursos
propios” que condicionan la enseñanza y la investigación que se hace en
nuestra facultad.

• Recursos propios
Los recursos propios presentan un panorama tétrico. La insuficiencia del
presupuesto otorgado por el Estado obliga a la Facultad a buscar
financiamiento por parte de otros sectores de la sociedad (“soluciones
creativas” le llaman). ¿Y a dónde va a ir a buscarlo, sino al sector
empresarial? Es así como en todas las universidades públicas, como
consecuencia del ahogo presupuestario, las facultades se ven obligadas a
salir a venderse al sector privado, creando convenios con las empresas que
nos llevan a usar nuestros recursos (humanos y materiales) para brindar
soluciones a sus problemas. O, en otros casos, recibiendo subsidios para
investigar los temas que a ellas les interesan, todo en pos de aumentar su
rentabilidad. Muchas veces estos condicionamientos no se dan de manera
directa. Por ejemplo que una empresa tenga la posibilidad de inyectar
plata discrecionalmente en un grupo de investigación hace que ese grupo
tenga más posibilidades que otros grupos para, por ejemplo, comprar
insumos, o contratar becarios, así aunque la empresa no impone
condiciones, está alterando el sistema científico.

• ¿A quiénes servimos?
Pero entonces ¿A quiénes es que estamos beneficiando exactamente? Y es que
como las industrias nacionales no poseen el capital ni la tecnificación
suficientes, no es siquiera a ellas a quienes la Universidad se dedica a
atender. Son las grandes empresas transnacionales quienes, mayormente,
poseen la capacidad de financiamiento, y quienes tienen las necesidades
científicas y técnicas (y profesionales) que nosotros podemos llegar a
satisfacer. Así, las líneas de investigación de la facultad van siendo
direccionadas por Repsol, Monsanto, Micro$oft, IBM, etc.
No todas, por supuesto, ni de manera absoluta, pero la tendencia va en
aumento. Aún tenemos muchos grupos de investigación que se dedican a otras
cosas. Pero tristemente va aumentando la diferencia entre los grupos de
investigación que se dedican a temas de moda o “aplicables” (por las
empresas) y los que al centrarse en otros temas menos rentables ven
restringido su acceso a equipamiento, insumos, fondos para viajes y demás
prestaciones. Al mismo tiempo se fortalece un discurso en el que esta
situación se presenta como una vinculación favorable para la sociedad.

• Hacia un mercado educativo
En un nivel más macro estas diferencias también se hacen notar entre las
facultades que mayor capacidad (y voluntad) tienen de asociarse al sector
privado. Por ejemplo, mientras la Facultad de Ciencias Económicas, caso
paradigmático de privatización (sus recursos propios triplican su
presupuesto), construye un edificio nuevo exclusivo para sus posgrados
(arancelados), la Facultad de Ciencias Sociales se encuentra dividida en
cuatro sedes diferentes, todas en pésimas condiciones edilicias, donde los
cortes de luz y la falta de gas son moneda corriente. Así es que tendemos
a una educación superior estamentada, dividida entre grupos, facultades y
universidades ricas y pobres, en función de su capacidad de conseguir
financiamiento privado y no en función de las necesidades sociales, como
algunos pretenden hacernos creer. Es decir que tendemos hacia una
educación de mercado o peor aún, hacia un mercado de la educación y el
conocimiento.

Por eso marchamos
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Desde La Mella en exactas creemos que nos debemos, como actores
protagónicos de la Universidad Pública, la reflexión sobre cuál es nuestro
rol en la sociedad. ¿Financia el pueblo argentino a las universidades
nacionales para que éstas sirvan a los intereses de diversas empresas
multinacionales? Creemos firmemente que no; y por otro lado ¿Pueden las
Universidades atacar los problemas de la sociedad cuando están obligadas a
conseguir plata del sector privado? Tampoco.

Entonces es por esto que debemos luchar por más presupuesto. Porque esta
situación nos ha llevado a darle la espalda al rol transformador que le
debemos a la sociedad como miembros de la Universidad Pública. Para
conseguir salarios dignos para todos los docentes y no docentes,
condiciones edilicias decentes para todas nuestras facultades, un sistema
de becas y subsidios efectivos que asegure una verdadera educación
gratuita y de calidad para todos y como síntesis, para recuperar nuestra
autonomía; que a pesar de lo que digan nuestras leyes y nuestros
estatutos, hace tiempo que nos la han arrebatado.

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La Mella en Exactas
en la Corriente Julio Antonio Mella
www.lamella.com.ar
exactas en lamella.com.ar



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