[Todos] Bicentenario: dos proyectos, dos caminos

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Vie Mayo 21 12:35:31 ART 2010


Argentina: ¿dependiente o soberana?
Bicentenario: dos proyectos, dos caminos
escribe Horacio Micucci

Conviene analizar patriótica y popularmente la conmemoración del
Bicentenario porque en esa primera revolución logramos una independencia
formal que esconde la dependencia real, quedando tareas democráticas y
patrióticas por realizar como la reforma agraria y la vigencia de una
democracia grande en una Patria soberana.
Reconquistar el patrimonio nacional, establecer la soberanía popular,
garantizar la independencia argentina, hacer efectivos los derechos del
pueblo a la libertad, la salud, la alimentación, el trabajo y la tierra
para el trabajo, exigen esa unidad inseparable de lo patriótico y lo
popular, capaz de llevarnos a nuestra segunda y definitiva independencia.


EN ESTA CONMEMORACIÓN DOS VISIONES SE ENFRENTAN

Una visión es la oficial, expresada en la derecha gobernante pero también
en derechas “alternativas” que ofrecen otras variantes para la violación
de los derechos del pueblo y de la Patria en favor de otros bloques de
beneficiarios nativos y potencias imperialistas.
Esa visión consiste en lo que llaman "una Argentina integrada al mundo
globalizado" que busca ser previsible a los usufructuarios de nuestra
dependencia porque, dicen, esa previsibilidad es la base de nuestro
"crecimiento". Se paga una deuda ilegítima y fraudulenta para integrarnos
al mundo.
Se exalta una Argentina integrada a ese "mundo globalizado" supuestamente
compuesto por países respetuosos del otro. Respeto que Inglaterra no
muestra en la ocupación colonial de Malvinas. Que EEUU no muestra en Irak,
en Afganistán o en el "chupadero" de Guantánamo. Que la Rusia prepotente
no muestra en la región del Caspio. O que la China, socialista de palabra
e imperialista en los hechos, no muestra cuando nos "aprieta" para romper
toda protección a nuestra industria o cuando se queda con parte de nuestro
petróleo.
Desde esta visión se busca repetir los festejos del primer centenario.
Diez años antes de aquel centenario, Roca redujo el Himno. Eliminó todo lo
que lo convertía en una proclama de libertad e independencia, que
reivindicaba las sublevaciones de los originarios y las de otros pueblos
hermanos. Aniquiló toda exaltación del sacrificio revolucionario porque
eso era necesario para rendir vasallaje a los poderosos de la época.
La dependencia la paga el pueblo con hambre, miseria, vida indigna. Son
niños de futuro destruido. Es entrega del patrimonio nacional y son
pueblos desiertos. Significa provincias "inviables" y reverdecer de un
extremismo unitario y sojuzgador en el trato con las mismas.
Para que pase esta visión tuvieron que deformar la historia y ocultar el
formidable protagonismo popular, tuvieron que hacer desaparecer próceres y
convertir a los patriotas en figuritas inofensivas. Tuvieron que hacer
olvidar al pueblo en armas de 1806 y 1807, pasos previos al 25 de Mayo.
Ocultaron las "desobediencias debidas" de Belgrano y San Martín.
Todo intento de sublevarse ante los poderosos del mundo y sus socios
oligárquicos, es presentado como utópico.
Pero hay otra visión, patriótica y democrático-popular, de nuestro futuro
y de nuestro presente que ve a la Argentina como parte de los países que
luchan por su independencia, las naciones que luchan por su emancipación y
los pueblos que luchan por su liberación, en un mundo donde un puñado de
países opresores (no sólo yanquis, no sólo ingleses, también otros
imperios europeos, Rusia y China) oprimen a la mayoría.
Esta visión rescata la consigna de los patriotas de Mayo: "Ni amo viejo ni
amo nuevo, ningún amo", y pugna por una Argentina independiente de toda
dominación extranjera.


CADA VISIÓN TIENE UN PROYECTO DE ARGENTINA

Uno es un proyecto de Argentina dependiente. El otro proyecto es el de una
Argentina soberana, de democracia real, democracia grande. A esta última
visión, y a su proyecto, le interesa conocer la verdad histórica y
aprender de nuestra última gran revolución.
La visión dependiente dice que la Revolución de Mayo tuvo un núcleo
intelectual sin pueblo y sólo significó el paso de un tipo de
globalización a otro tipo de globalización. ¿No eran pueblo más de siete
mil milicianos armados que elegían por votación a sus jefes y que
constituyeron la fuerza militar de la Revolución? ¿No eran pueblo las
decenas de miles de originarios que combatieron en las sublevaciones de
Túpac Amaru y Túpac Catari? ¿No eran pueblo los que integraron los
ejércitos patrios que pelearon hasta 1824? ¿No eran pueblo los sublevados
de La Paz que, parafraseando al patriota Murillo, encendieron una tea que
no se apagaría jamás? ¿No eran pueblo los campesinos de Güemes, la Guerra
de las Republiquetas del Alto Perú y las mujeres protagónicas como Juana
Azurduy? Interesada versión que intenta ocultar la participación popular
para justificar que sólo podremos “renegociar” nuestra dependencia.
La visión dependiente muestra un cabildo y gente expectante con paraguas.
Aquí el pueblo pasivo, esperaba saber lo que se trataba. Versión de los
que quieren a los pueblos lejos de las calles, cuyo futuro se decide en
sesiones de un "charlamento" alejado de sufrimientos y necesidades
populares y nacionales. Esta visión oculta tres de las cuatro vertientes
de Mayo.


LAS VERTIENTES NINGUNEADAS

La primera vertiente, esencial, es el pueblo alzado en armas en defensa de
la Patria que constituiría los ejércitos patrios. Pueblo armado que fue la
fuerza principal en el rechazo de las invasiones inglesas y que se
organizó en milicias que agruparon miles de hombres entre los que había
criollos, negros, mestizos, etc. además de españoles. Pueblo que también
integraban los pueblos originarios de las pampas que ofrecieron sus
lanzas. Pueblo que después de vencer a los ingleses, en un proceso que fue
de 1807 a 1809 desarmó a los españoles, quedando así las milicias que iban
a ser la columna vertebral que posibilitó aquel 25 de Mayo. Pueblo que
incluía a los chisperos de French y Berutti o a originarios como
Andresito.
La segunda vertiente fue el núcleo de revolucionarios cuyas ideas
avanzadas eran el corazón de la Revolución. Belgrano, abogado y economista
de prestigio, conocedor profundo de las nuevas ideas que bullían en
Europa, intelectual que no vaciló en perder todo, muriendo en la pobreza y
en el abandono, por su entrega a la causa revolucionaria. Moreno que en su
tesis doctoral en Chuquisaca ya denunciaba la explotación de los
originarios, o Monteagudo sublevado de La Paz.
Ese núcleo, con distintas variantes, supo estar en el frente único
antiinglés que incluía a bonapartistas como Liniers y españoles como
Álzaga y, disputando la hegemonía logró, entre 1807 a 1810, desarmar a los
españoles para constituir la fuerza militar propia. Intelectuales que
tenían clara la necesidad de la conducción de esa fuerza naciente. ¿Qué
otra cosa significaba que Belgrano se presentara a las elecciones para
dirigir el Regimiento Patricios? Intelectuales que fueron parte de esa
multisectorial que unió, en el Cabildo del 25 de Mayo, a hombres y fuerzas
de diferentes sectores.
La tercera vertiente era la que provenía de la fractura del viejo ejército
colonial y era parte de un ejército fracturado en Europa donde habían
surgido los que estaban dispuestos defender España frente a Napoleón,
ilusionados con un Fernando VII, al que imaginaban constitucionalista.
Militares españoles que tampoco habían vacilado en unirse al pueblo
español sublevado representado, entre otros por Juan Martín Díaz El
Empecinado, ese hijo de panaderos alzado en armas indignado por la
violación de unas jóvenes por los soldados franceses y que llegó a dirigir
una división de diez mil hombres que destruyó la logística napoleónica.
Ejército, conmovido por las nuevas ideas y la lucha contra el invasor
napoleónico, donde se formaron San Martín y otros. Y que tenía en el
Regimiento Fixo de Buenos Aires a Azcuénaga y a ese español que luchó
hasta las últimas batallas de la Independencia, el General Arenales. Y que
tuvo a Güemes, desde los 14 años, en la delegación militar de Salta.


EL DEBATE DEL BICENTENARIO

Es importante investigar las causas que hicieron que la revolución quedara
inconclusa, por la pérdida de la hegemonía del proceso en manos de la
cuarta vertiente: los sectores terratenientes y de grandes comerciantes de
intermediació n, que sólo querían la independencia formal conservando los
privilegios del sistema, opuestos al protagonismo popular porque
significaba la lucha sin claudicaciones contra sus intereses mezquinos.
Esto es lo que está en debate en este bicentenario: Qué proyecto de país,
cuál es la revolución necesaria, qué caminos posibles para lograrlo,
rescatando las formas de confluencia entre lo patriótico y lo popular. Qué
ejemplos de protagonismo popular podemos rescatar de nuestro pasado,
comprendiendo que la independencia nacional es condición para que se hagan
efectivos los derechos del pueblo y recordando que la independencia
nacional frente a enemigos poderosos no se logrará sin ese protagonismo
popular que es condición para que el proceso revolucionario se complete.


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