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[El Transformador]

VERGÜENZA (ajena)

Vergüenza, (por suerte) ajena, fue lo que sentimos muchos de los presentes
ayer en el Consejo Directivo. Vergüenza y mucha bronca, frente a la
aprobación de los concursos de JTP simple y exclusiva del Departamento de
Biodiversidad y Biología Experimental. En estos concursos quedaron fuera
del orden de mérito tres personas con gravísimos problemas de salud
(cáncer y tuberculosis multiresistente) y otra persona a la cual le
faltaba uno o dos años para jubilarse. Todos ellos, con 20, 30 años de
docencia en la Facultad. 20, 30 años de esfuerzo, de compromiso, de
dedicación. Aparentemente, el tan mentado y maravilloso sistema de
concursos tampoco toma en cuenta ni las enfermedades prolongadas, ni el
derecho de acceder a una jubilación digna, ni las décadas de servicios
prestados.

Daba vergüenza ajena ver ayer a los consejeros del oficialismo
argumentando la defensa del concurso, o más bien del sistema que supieron
conseguir. Porque, y esto es cada vez más evidente, la gestión de la
facultad se ha enfrascado en una furiosa campaña de defensa del sistema de
concursos que la lleva a aprobar cualquier dislate. Esto fue evidente el
año pasado cuando aprobaron el concurso de JTP simple de área única de
física el que se explicitaba la persecución gremial y política a nuestro
compañero Pablo Mauas. En esta cruzada, contra lo que ellos llaman "un
pequeño grupo en la gremial docente", no importa quién queda en el camino,
no importa a quién se perjudica, no importa la vida de nadie. Ayer, se
escuchó al decano argumentar por la aprobación diciendo que ninguno de los
concursantes se quedaba realmente en la calle, como si eso justificara el
maltrato y la pérdida del cargo. Llegó incluso a decir que no era mucha
plata la que perdían con el cargo, como si él supiese, y correspondiese
que opinara, sobre la situación económica de los compañeros docentes.

Aunque las aristas éticas y humanas de este caso deberían bastar para
formarse una opinión, veamos brevemente los argumentos que se volcaron
ayer. El vice decano Reboreda planteó que el concurso no tenía defectos de
forma y por tanto debía aprobarse sin más. Esto no es cierto, como él
mismo lo reconoció en la comisión de concursos. El concurso tuvo varios
errores de forma previos a su sustanciación: se concursaban 10 cargos y
luego se retiró uno, los temas de la prueba se colgaron en cartelera un
viernes por la noche, luego se retiraron y se mandaron por mail sólo a
algunos concursantes, uno de los jurados renunció por incompatibilidad y
luego volvió a asumir sin que constara en actas. Es decir, que si vamos a
plantear los problemas reglamentarios, este concurso los tenía y se podía
anular como tal. Pero como para nosotros éste no es el punto, continuemos.
La consejera Ceballos planteó a su vez que la responsabilidad era de los
departamentos que debían saber de la enfermedad de sus docentes. Esto
puede ser cierto pero esconde dos cosas: por un lado, que los jefes de
departamento son designados ad referendum por el consejo directivo, con lo
cual en todo caso la responsabilidad también corre por cuenta del
oficialismo. Por otro, que aún cuando los departamento tuvieran
responsabilidad, el consejo directivo puede, y debe, anular los concursos
que presentan defectos. Pero como el oficialismo de la facultad ya no
tiene límites, ayer llegó al punto de querer convertir a las víctimas en
victimarios, planteando que debían haber pedido licencia. Sin embargo, uno
de los concursantes había pedido 2 años de licencia y también quedó
afuera, con lo cual este supuesto salvoconducto tampoco era tal.

El problema central de este concurso es justamente el sistema de concursos
actual y su reglamento. Este reglamento es tan laxo que no regula muchas
situaciones y permite la libre actuación de cada jurado en cada concurso.
Por este motivo, fue que ayer presentamos un proyecto en el consejo
directivo para incluir los casos de enfermedades graves o largo
tratamiento como causal para no concursar durante ese tiempo e incluso un
tiempo después, hasta que la productividad de los docentes vuelva a su
cauce normal. Esta falencia del reglamento y la necesidad de arreglarla
fue reconocida por Reboreda y otros miembros del oficialismo. Es decir que
reconocen la injusticia de la situación pero siguen adelante con la
aprobación de un concurso que se sustancia sobre esa misma injusticia!

El oficialismo nos acusa de ocultar nuestras intenciones, aunque siempre
hicimos públicas nuestras opiniones. Desde El Transformador, creemos que
el sistema de concursos actual muestra día a día la perversidad de su
lógica. Docentes que quedan sin cargo luego de décadas de docencia y
sacrificio, docentes que son echados de su cargo cuando les falta poco
para jubilarse y luego dependen de que Aliaga les haga contratos cada 6
meses, docentes que son perseguidos políticamente, docentes con
enfermedades gravísimas que son dejados sin cargo, maltratados por haber
continuado con su labor docentes durante su enfermedad y mirados con
suspicacia por querer mantener su nivel de vida (que dicho sea de paso
está muy por debajo de la mayoría de los sres consejeros oficialistas). Es
momento de empezar a dar un debate sobre las bases de este sistema que,
con la excusa de la excelencia académica, pasa por encima a las personas
de carne y hueso que ejercen la docencia en la FCEyN.


EL TRANSFORMADOR--- Docentes y Graduados FCEN