[Todos] La transparencia en los concursos y el rol de los veedores

[AGD-FCEyN]

Los concursos regulares de profesores son uno de los acontecimientos más
relevantes en la vida académica de los Departamentos Docentes, pues en los
mismos se eligen a los profesores que los conforman.

Desde la AGD-FCEN entendemos que la transparencia es un punto clave para
que un sistema de concursos tenga sentido. Tenemos la convicción de que
las designaciones de los nuevos profesores deben ser por méritos
académicos y no por afinidades políticas. Lamentablemente no todos piensan
igual en la Facultad.

El viernes 16/8 se sustanció un concurso de profesor en el Departamento de
Computación (DC). En el mismo uno de los concursantes buscaba regularizar
el cargo que ejercía en forma interina hace 7 años. Desde la minoría de
graduados se propuso un veedor por este claustro para el concurso. Sin
embargo, la mayoría de graduados decidió usar un artilugio producto de una
falencia del reglamento para que no haya veedor de graduados. La
metodología consistió en proponer tardíamente a otro veedor, a sabiendas
de que ya había uno presentado. En estos casos es el Consejo Directivo
quien decide (art. 38 del Reglamento para la provisión de cargos de
profesores), pero la segunda propuesta de veedor se realizó luego de la
sesión de Consejo Directivo inmediatamente anterior al concurso, y por lo
tanto ya no había oportunidad de resolver esta situación.  Como resultado
el decano no dejó participar a ningún veedor por el claustro de graduados.

El resultado de este concurso es polémico y ha generado muchas críticas en
el DC, ya que un aspirante con escasos antecedentes en el área objeto de
concurso quedó por arriba de un profesor que viene ejerciendo en forma
interina hace 7 años en el área del concurso, con amplia experiencia,
producción científica y gran impacto en el área. El dictamen sin dudas
tiene defectos que un veedor de graduados podría haber señalado. Por
ejemplo, se cuentan el número de publicaciones sin apreciar su valor, su
impacto o relevancia, para fundamentar el orden de méritos (esto esta
expresamente prohibido por el Reglamento en su art. 36). Además, en el
concurso se evaluaron los antecedentes científicos a partir de una fecha
arbitraria que beneficia a unos aspirantes y perjudica a otro. Por último,
los antecedentes docentes fueron subvalorados y tomados en cuenta sólo
desde los últimos años.

En los últimos años han habido muchos casos en los que se evidencia la
arbitrariedad y la utilización de criterios discrecionales en los
concursos. Así, docentes de la Facultad con amplia trayectoria han perdido
su cargo injustamente. Es el Consejo Directivo quien establece los
jurados, los veedores, analiza las impugnaciones, aprueba los concursos y
promociones, y redistribuye los cargos de profesores por vacancia,
jubilación o fallecimiento. Un Consejo Directivo donde hoy en día, el
mismo claustro de profesores cuenta con mayoría propia y lista única,
imponiendo así su voluntad. Esta concentración de las decisiones para
establecer quién accede a un cargo de profesor y quién queda afuera, lleva
muchas veces a la deformación del sistema de concursos. En el caso de este
último concurso, llegando al extremo de impedir la participación de un
veedor por el claustro de graduados.

Esperamos que la actual situación se revierta, y que dejen de utilizarse
los concursos docentes, y en particular los concursos de profesores, para
premiar a los amigos y castigar a quienes no se subordinan a la voluntad
de los que gobiernan la Facultad. De no ser así, estaríamos cayendo en un
régimen retrógrado e inaceptable, que va en contra del desarrollo
académico de nuestra Facultad y cercena el derecho al ingreso, la
permanencia y la promoción a los cargos docentes en base a los méritos
académicos y no en función de sus relaciones o afinidades políticas.

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agdFCEN
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