[Todos] Otra vía para superar la crisis
rgonzale en df.uba.ar
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Vie Mayo 30 13:30:28 ART 2008
Envío nota de opinión sobre la crisis actual que creo aporta al debate
y aprovecho para saludar a los amigos de Exactas. R.
Otra vía para superar la crisis
Por C. Katz, M. Svampa, H. Calello,
E. Adamovsky, E. Lucita *
Desde el 11 de marzo, cuando el gobierno nacional tomó la decisión de
aumentar las retenciones y hacerlas móviles en función de los precios
internacionales, escaló un conflicto que ha concluido instalando una
polarización política entre el Gobierno y las entidades del campo. No
es verdad que tengamos que aceptar a libro cerrado los argumentos y
las propuestas de ambos sectores, como si no hubiera propuestas y
medidas superadoras. Detrás de las demandas de eliminación de las
retenciones móviles, las entidades del campo han enarbolado un
programa de liberalización del mercado exportador de alimentos, con el
fin del acaparar el máximo posible de las rentas extraordinarias,
mientras difunden el planteo ideológico de que el Estado no debe
meterse con los negocios privados. Bajo la cobertura de un falso
federalismo se promueve una plataforma de medidas afín a los intereses
del agronegocio y la Sociedad Rural (...). Las clases propietarias y
los grupos agrarios más concentrados no toleran siquiera una tibia e
inconsecuente regulación estatal y distribución de renta, enarbolando
sus intereses privados y su ganancia creciente por sobre la
alimentación, el salario, la educación y la salud de todo el pueblo
argentino. Hoy el campo acumula superganancias que no se encuentran en
ninguna otra rama de la producción. Esa situación impar es la que
permitió batir records año tras año, incluso a costa de desplazar de
sus tierras ancestrales a los campesinos pobres del Norte argentino y
de las condiciones laborales precarias e irregulares de más de un
millón de peones rurales (...). Los cacerolazos que hemos visto en la
Capital y otros centros urbanos, pese a su heterogeneidad inicial, se
han ido configurando en la antítesis de la rebelión de 2001,
motorizados por sectores altos de la sociedad, muchos de ellos
rentistas, y por la oposición de derecha que ya se había manifestado
en las elecciones legislativas y en las presidenciales de octubre
pasado.
La mayoría de los medios de comunicación, grandes grupos concentrados
que detentan el poder comunicacional y el cuasi monopolio de la
palabra y la imagen, han jugado un rol protagónico como aglutinantes
de una derecha invertebrada, distorsionando la realidad, creando una
atmósfera política artificial y una opinión popular ficticia.
La principal preocupación del Gobierno frente al lockout ha sido
reafirmar su autoridad política frente a un desafío sectorial que
rompe el equilibrio de alianzas que ha sostenido su gestión: desde el
inicio se ha apoyado en el modelo sojero que ahora cuestiona. Recurrió
a todas las variantes posibles: discursos agresivos y
contemporizadores, amenazas y negociaciones, y ha quedado
políticamente debilitado. Incapacidad política y errores de
implementación técnica unificaron el campo opositor y le hicieron
perder aliados naturales. Profundizó este esquema con el consiguiente
desplazamiento de productores, afectando la soberanía alimentaria,
fortaleciendo los pools de siembra y los grupos exportadores (Dreyfus,
Cargill, Nidera, Bayer), permitiendo la escandalosa apropiación
diferencial entre los impuestos pagados por los productores y lo
realmente ingresado a las arcas del Estado. No casualmente estos
grupos económicos no han sido casi mencionados en la crisis actual ni
por el Gobierno ni por las entidades del campo.
El Gobierno tampoco cambió la estructura tributaria regresiva, ni
adoptó ninguna iniciativa para recuperar el patrimonio nacional
rematado durante el menemismo. A pesar de las fenomenales tasas de
crecimiento del actual ciclo económico, de la fuerte creación de
empleo y de la recuperación salarial, persisten la segmentación y la
precarización en el mercado de trabajo, se conservan muchas de las
peores leyes laborales de los ?90, e incluso de la dictadura, como la
de los peones rurales. Al no adoptar medidas para modificar
efectivamente la distribución del ingreso, la brecha entre ricos y
pobres continúa ensanchándose.
Las políticas en curso no pueden asegurar, ni tampoco se lo proponen,
la reconstrucción de un sistema de transporte ferroviario barato y
ecológicamente sustentable, aunque se proyecta un ?tren bala? que nos
vuelve dependientes de tecnologías que no poseemos, que es inservible
para el transporte de cargas y que sólo podrá ser utilizado por una
elite de pasajeros de altos ingresos. La Argentina posee el raro
privilegio de ser el único país que enajenó su renta petrolera y, a
contrapelo de las tendencias latinoamericanas ?Bolivia, Ecuador,
Venezuela?, no hay proyecto alguno para recuperarla, por el contrario,
asistimos a la profundización de la política menemista en materia de
hidrocarburos. Lo mismo sucede con las empresas privatizadas de
servicios públicos y la generación y distribución de energía. Los
grupos de medios de comunicación hoy denunciados por su papel en la
crisis son los mismos que ayer fueron beneficiados con la renovación
de las licencias (...)
Según cómo se resuelva esta disputa no resulta ocioso ni indiferente
para el movimiento obrero y las clases subalternas, como tampoco lo es
la intervención estatal, aun a sabiendas de que lo más probable sea un
acuerdo donde el modelo primario-extractivo-exportador no será
modificado sustancialmente (...). No puede haber neutralidad ante la
amenaza de que la derecha logre parte de sus demandas y coloque sobre
la agenda futura su programa de restauración neoliberal. Una
liberalización de las exportaciones como demandan los ruralistas y los
ideólogos del establishment dispararía los precios de los alimentos,
con el consiguiente efecto sobre los salarios reales de los
trabajadores y las condiciones de vida y existencia de las clases
populares. Rechazamos enérgica y categóricamente su chantaje y
defendemos el derecho del Gobierno a implementar retenciones móviles y
cupos de exportación. Pero sostenemos que el curso que ha tomado hasta
el día de hoy, lejos de ser una palanca para iniciar un cambio
efectivo del modelo, cohabita con él, favorece a los grandes
propietarios y pools sojeros y a los grandes exportadores, mientras
afecta a su propia base popular al mostrarse impotente para un control
eficaz de la inflación.
* El texto ?del que aquí se publican los principales fragmentos? lleva
también la firma de Claudia Korol, Carlos ?Perro? Santillán, Antonio
Bitto, Fabio Resino, Guillermo Almeyra, Susana Neuhaus, Guillermo
Gigliani, Alejandro Bercovich, entre otras personas y movimientos
sociales.
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