[Todos] Nace una nueva Corriente de Docentes e Investigadorxs en la UBA: Universidad desde Abajo (UniDA)
Colectivo desde el Pie
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Jue Mayo 11 10:33:03 -03 2017
Redifundimos:
Nace
una nueva
Corriente de Docentes e Investigadorxs
en la UBA: Universidad desde Abajo (UniDA)
https://www.facebook.com/notes/universidad-desde-abajo-corriente-de-docentes-e-investigadorxs/nace-una-nueva-corriente-de-docentes-e-investigadorxs-en-la-uba-universidad-desd/1884463188493308/
La
situación nacional y universitaria actual es adversa para lxs casi
30 mil docentes de la UBA. Macri y la alianza Cambiemos son la
expresión de un gobierno neoliberal que apunta a la
mercantilización y al ajuste de la educación pública.
Por eso se niega a ofrecer un aumento que supere el 20% a los docentes de
todos los niveles educativos, cuando la inflación se estima que
rondará un 25%. A esto hay que agregarle que el aumento salarial
del año pasado terminó siendo un ajuste real ya que, para el
caso de los universitarios fue del 35% mientras que la inflación
fue del 45%. A su vez, el año pasado aprobó una
reducción del presupuesto para educación, que pasó
del 7,16% del total en 2016 a 6,78% en 2017. Y como si esto fuera poco,
frente a la legítima protesta de lxs docentes de inicial, primaria
y media, cuando quisieron instalar una escuela itinerante en el congreso
fueron brutalmente reprimidos.
En
la UBA nos encontramos con una gestión dominada por la
UCR-Cambiemos, en connivencia con fracciones del peronismo, que se siente
más parte de este gobierno que del anterior, y por eso es
cómplice de las políticas del gobierno nacional. En un marco
general de universidades desfinanciadas y de ajuste salarial, en la UBA
existen más de 10.000 docentes ad-honorem. A ello se agrega que el
84% del total de cargos docentes son cargos simples, que no suponen tareas
de investigación. La extrema precariedad laboral (72% del total de
docentes somos interinos) fomenta el abandono de la docencia y desalienta
el sentido de pertenencia y la formación.
Nuestros
reclamos sindicales
La
realidad salarial de lxs docentes de la Universidad Pública y
Escuelas Preuniversitarias expone que este reclamo es central. Actualmente
nuestros salarios netos mínimos (sin antigüedad), cuando
cobramos salario por dar clases, resultan ser de unos magros $4.250 para
la dedicación simple; $.8.500 para la dedicación
semi-exclusiva y $17.000 para la dedicación exclusiva. Teniendo en
cuenta que el nivel de ingresos que marca la línea de pobreza a
abril de 2017 supera los $14.600, queda en evidencia la precariedad de
nuestra situación salarial. Nuestros reclamos deben apuntar hacia
incrementos nominales que superen la inflación, sin cuotas o
escalonamientos, para superar los salarios de pobreza actuales. En la UBA,
se agrega la lucha urgente por salario para todos los docentes; la
docencia ad-honorem se ha incrementado sistemáticamente desde los
´90 y ha llevado incluso a la existencia de docentes sin
nombramiento alguno para evitar sumarlos al plantel de docentes sin
salario.
Conscientes
de la relevancia de este reclamo, desde Universidad
Desde Abajo
pensamos no obstante que nuestra lucha no debe ser exclusivamente
defensiva, sino que debemos plantearnos la conquista de derechos para el
conjunto de la docencia universitaria; reivindicaciones que exceden las
estrictamente salariales. Entre ellas destacamos una mayor apertura y
democratización de la Universidad Pública: reivindicamos el
claustro único docente y el funcionamiento de instancias de debate
y reflexión permanente entre docentes y estudiantes sobre los
contenidos y planes de estudio.
La
mayor democratización que buscamos es inescindible de entendernos
como integrantes de la clase trabajadora, con reclamos específicos
y sectoriales. En este sentido, desde nuestro espacio político
reivindicamos que, luego de décadas de lucha docente, se
logró la homologación en 2015 del primer Convenio Colectivo
de Trabajo (CCT) para docentes de la Universidad y Escuelas
Preuniversitarias. Si bien dicho convenio es perfectible, incorpora una
serie de reivindicaciones que incluyen las licencias (por maternidad o
paternidad, de salud, por capacitación, entre otras cosas), la
Carrera y la Formación Docente y el ambiente de trabajo, pero
fundamentalmente la disposición transitoria que obliga a las
Universidades a resolver una forma de incorporación definitiva de
los docentes interinos con más de 5 años de antigüedad
a la planta regular. Tras la homologación del Convenio, numerosas
Universidades Nacionales se negaban (o aún se niegan) a cumplir
varios artículos, imponiendo reservas (esto equivale a permitir una
negociación de condiciones por establecimiento laboral y no a nivel
nacional). Desde Universidad
Desde Abajo,
siempre hemos reivindicado el Convenio, pero rechazado la posibilidad de
establecimiento de reservas por parte de las Universidades Nacionales. Al
día de hoy, el actual gobierno de la UBA se niega a aplicar el CCT.
Según nuestra lectura, este rechazo de aplicación del CCT
por parte de las autoridades de la UBA busca impedir la
participación masiva en la elección del cogobierno
universitario y también negarnos la estabilidad laboral como forma
de disciplinamiento y flexibilización.
Una
Universidad crítica, reflexiva, científica, plural y
democrática, requiere de condiciones de estabilidad laboral,
condiciones materiales de trabajo y presupuesto adecuado. Pero
también exige incrementar el número de dedicaciones
exclusivas y semi-exclusivas, la articulación entre la docencia y
la investigación y que los programas de investigación no
sean definidos por convenios con firmas privadas, sino discutidos en el
seno de la Universidad en función de intereses de trabajadoras y
trabajadores.
Nuestra
apuesta por esta AGD y esta CONADU-Histórica
Si
bien en nuestro espacio polìtico, Universidad
Desde Abajo,
reivindicamos propender a la unidad en la acción entre Gremios,
Federaciones de Gremios y Centrales Sindicales, nos resulta sumamente
importante destacar que el accionar de los diferentes sindicatos ha sido
desigual.
La
CONADU-Histórica
se ha destacado por tener una importante vida democrática interna,
que le ha permitido potenciar la voz crítica de tantas y tantos
docentes del país. Esta Federación que ha tenido
conducciones políticas de diferente signo, siempre ha mantenido su
independencia de los gobiernos nacionales, provinciales o municipales, y
de las gestiones de las diferentes Universidades Nacionales y el CIN. Sin
duda la convivencia de una gran diversidad de corrientes al interior de la
CONADU-Histórica ha facilitado que se expresen y escuchen
múltiples voces docentes, evitando hegemonismos y faltas de
transparencia sindical. El hecho de que haya sido la
CONADU-Histórica la única federación que
rechazó la paritaria de 16 meses del año 2013 es una muestra
cabal del resultado de la independencia de criterio.
En
la UBA,
la Asociación
Gremial Docente (AGD)
es la expresión de este tipo de construcción de un
sindicalismo independiente de los gobiernos y las gestiones de la
Universidad. Somos el único sindicato que permite esquemas de
participación masiva, promoviendo la apertura de comisiones
directivas en las diferentes Facultades, Escuelas pre-universitarias y el
CBC, como así también espacios abiertos de trabajo sobre
temáticas como Ad-Honorem o la edad jubilatoria.
Más
allá de la independencia de las gestiones, en nuestro espacio
político siempre reivindicamos que el gremio debería abordar
con mayor complejidad las cuestiones académicas, como así
también la promoción de más compañeros y
compañeras en la vida del gremio. Creemos que, durante los
últimos años, desde la AGD se lograron crear nuevas
instancias de participación a partir de la reforma de su estatuto
en 2013 (estatuto que resulta un modelo de democracia sindical) y el
impulso a cuerpos de delegados (como el del CBC) y la construcción
de medidas de lucha en los propios lugares de trabajo.
Por
otro lado, han sido la AGD-UBA y la CONADU-Histórica los espacios
que han impulsado siempre la unidad en las luchas. La manifestación
masiva del 12 de mayo de 2016 fue una propuesta del congreso de la
CONADU-Histórica a las demás federaciones. La marcha del 16
de mayo de este año es otra muestra de ello.
Otro
de los aspectos que entendíamos históricamente que la AGD
debía profundizar era la articulación entre Docencia e
Investigación. En este sentido, celebramos que la AGD haya
participado activamente de la construcción de medidas de lucha
junto a lxs trabajadores del Sistema de Ciencia y Técnica de un
espacio asambleario y democrático como es Jóvenes
Científicos Precarizados así como junto a Becarios-UBA y
sectores de ATE-CONICET, ATE-CNEA y ATE-INTI.
En
concreto, para la construcción de la AGD proponemos:
La
necesidad de una política desde el gremio que dispute el modelo
de universidad (ubicando como eje central a la producción
de conocimiento crítico);
La
pelea contra la mercantilización del conocimiento y de nuestras
universidades y por la gratuidad de la enseñanza de posgrado,
hoy privatizada en la mayoría de las facultades de la
UBA;
El
cuestionamiento a las relaciones de poder y disciplinamiento que
operan a partir de la falta de democracia de la universidad
;
Una
mayor apertura del gremio con mecanismos de participación
directa, asambleas por lugar de trabajo y espacios y comisiones
abiertas, respeto a las minorías;
La
incorporación de una mirada feminista y antipatriarcal de
construcción gremial;
La
construcción de una política de formación del
gremio, que incluya cursos de formación sindical;
La
promoción de medios de producción y comunicación
de ideas (pensamos por ejemplo una revista) del gremio abiertos a la
producción de lxs docentes y a la generación de debate
teórico político en ella;
La
revalorización de las disputas cotidianas, haciendo de las
pequeñas reivindicaciones un mecanismo de convocatoria a
docentes y de fortalecimiento del poder de presión de nuestra
herramienta gremial (lucha por jardines, por mejorar condiciones y
medio ambiente de trabajo, etc);
La
disputa por la aplicación del CCT en la UBA.
Problemas
que vienen de antes
Nuestra
oposición frontal a la política educativa del actual
gobierno no significa un pedido de que vuelva la del anterior. En el
año 2005, gracias a la construcción de importantes medidas
de lucha de los trabajadores de la Universidad Pública, logramos un
aumento salarial significativo. Además, se conquistó el
“blanqueo” de las sumas “no remunerativas”. Ahora
bien, hacia el año 2010, el salario docente se vuelve a estancar en
términos reales, y a partir de 2011 en adelante los aumentos
salariales fueron siempre por debajo de la inflación y firmados por
conducciones sindicales como las de ADUBA, FEDUBA y la CONADU. La AGD y la
CONADU-Histórica siempre peleamos por romper los techos a los
aumentos salariales.
En
cuanto a la política hacia la investigación, el kirchnerismo
creó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e
Innovación Productiva con el ministro Lino Barañao a la
cabeza, evidenciando ya desde su nombre una política de
vinculación y transferencia de acuerdo a las necesidades de las
empresas y separando a la investigación de la enseñanza
(cuyas políticas se dictan en el Ministerio de Educación).
Este ministro continúa en la gestión de Cambiemos y siempre
tuvo como objetivo explícito y prioritario lo que ellos llaman la
“ciencia útil”, es decir rentable, vía
asociación “estratégica” con las empresas y los
agronegocios, en particular, multinacionales. En este sentido
identificamos que siempre existió una total desarticulación
entre la Universidad y el denominado “sistema de Ciencia y
Técnica”, como no sea en el avance de las políticas
mercantilizadoras y precarizadoras que se observaban en ambos sectores. En
su lugar, apostamos a producir desde nuestra práctica cotidiana una
actividad de docencia e investigación donde ambas tareas se nutran
mutuamente, y donde las preocupaciones sociales no se traduzcan en
favorecer a las empresas sino a quienes más sufren la
opresión y las injusticias del sistema en que vivimos.
Unidad
en la acción
La
lucha docente de este año demostró que puede encontrarnos
más unidxs desde abajo. Valoramos como un aspecto muy positivo que
nos encontremos en las salas de profesores, en clases públicas,
asambleas y en la marcha nacional. En ese camino, las reuniones y
asambleas en nuestros espacios de trabajo se hacen más
participativas y comprometidas; una instancia imprescindible de un proceso
de organización democrático en el cual nos vamos
transformando a nosotros mismos y a la sociedad. Para ello hay que saber
escucharnos y construir en la diversidad. De esa forma no nos dividimos
según qué se votó, por ejemplo, en las presidenciales
del año 2015.
Qué
universidad queremos
La
universidad pública y gratuita, comprometida con la
producción de conocimiento crítico orientado a la
transformación de la sociedad no es una entelequia, ni una frase
bonita. Es la aspiración compartida de amplios sectores populares
de nuestra sociedad. Es la guía para el trabajo cotidiano de muchxs
docentes e investigadorxs a la hora de pensar y dar la clase, de
investigar, de construir en las cátedras y grupos de
investigación, de pelear en el cogobierno y también a la
hora de organizarse sindicalmente.
La
universidad en Argentina tiene una historia y un papel de peso que ha
marcado la historia de América Latina, entre otras, a partir de la
Reforma de 1918. Tenemos un sistema universitario extendido por todo el
país y relativamente masivo, aunque también es un problema
extendido la permanencia y graduación de estudiantes ante la falta
de recursos económicos para apoyar a quienes llegan menos
preparadxs o quienes van dejando progresivamente sus estudios por la
obligación de trabajar jornada completa.
En
la perspectiva de desarrollar un protagonismo popular en la
solución de los problemas de nuestra sociedad, pensamos que la
universidad tiene la potencialidad de jugar un doble rol: el de
desarrollar las capacidades productivas y creativas en manos de lxs
propixs trabajadorxs y el de ser un ámbito de debate
democrático de diagnóstico y elaboración de
soluciones a los grandes problemas sociales.
Como
docentes e investigadorxs universitarixs trabajamos día a
día para aportar a esas dos grandes metas de la universidad. Lo
hacemos desde las aulas, los institutos y laboratorios, desde nuestro
trabajo cotidiano, y pensando también que la organización
sindical es una forma de abordar el conjunto de cuestiones que hacen a esa
educación de manera colectiva, democrática y organizada.
Bregamos entonces por un sindicalismo que tome desde la lucha salarial
hasta la lucha por el contenido y la pedagogía en las
universidades, así como la batalla por la democratización de
las mismas.
En
ese camino somos muchxs lxs docentes que damos una batalla cotidiana por
una educación y una ciencia crítica, de calidad,
comprometida con las necesidades sociales, económicas,
políticas, ecológicas y de género y diversidad sexual
de quienes somos cotidianamente marginadxs, dominadxs y sometidxs por el
sistema en el que vivimos.
Un
gremio que pelee por despatriarcalizar la Universidad
Desde
Universidad
desde Abajo
entendemos como central denunciar la situación de doble
opresión que sufrimos las mujeres en tanto trabajadoras explotadas
por el sistema capitalista y víctimas del sistema patriarcal. Las
mujeres estamos más precarizadas, percibimos salarios más
bajos que los varones y cargamos sobre nuestra espalda la mayoría
del trabajo doméstico no remunerado realizado en el hogar. A ello
se suman también las innumerables situaciones de violencia de
género y acoso sexual que sufrimos en los espacios de trabajo y en
las calles.
La
Universidad no constituye ninguna excepción. El difícil
acceso a cargos jerárquicos para las mujeres, las complejidades
para continuar la carrera académica para las madres y las denuncias
de violencia en el ámbito de la universidad, son solo algunos de
los ejemplos que evidencian lo crítico de la
situación.
En
este contexto, vemos urgente y necesario construir sobre bases
sólidas una gremial docente feminista que fomente la
formación y la participación en temas de género de
manera transversal. Que aliente a que las docentes encabecen las medidas
de lucha y que los compañeros puedan aprender a criticar sus
propios privilegios, y tomar a su cargo tareas cotidianas que permitan a
las compañeras tener la libertad y el tiempo de llevar adelante
tareas centrales en la lucha docente y feminista. Creemos también
que es importante crear espacios e instancias de peso que sean capaces de
dar contención, acompañamiento y respuesta a quienes
pudieran ser víctimas de violencia de género dentro del
ámbito de la Universidad. No menos importante es poder empezar a
denunciar y visibilizar la opresión sobre identidades
sexogenéricas disidentes.
Fortalezcamos
una orientación con identidad propia
En
este sendero de organización, estamos orgullosxs de ir aportando
nuestra militancia cotidiana. Compañeras y compañeros que
activamos desde organizaciones de base y/o listas en distintas facultades
y el CBC, muchxs de lxs cuales participamos también de la corriente
político-sindical Rompiendo Cadenas, hemos decidido aunar fuerzas
en la conformación de una nueva corriente de docentes e
investigadores. Convocamos a más compañerxs a sumarse para
fortalecer la organización sindical.
Desde
abajo, desde nuestros lugares de trabajo, en unidad y a la
izquierda
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